Cuando hablamos de libre albedrío no somos conscientes de que nos estamos refiriendo al don más grande que se nos ha entregado y, a través del cual, somos y seremos capaces de conseguir el propósito por el cual vinimos a esta y otras existencias: NUESTRO AUTODESCUBRIMIENTO.
Posiblemente a estas alturas todavía te surja la pregunta de saber quién eres en realidad. Eso es algo que también compartimos con nuestro Creador. De alguna manera la razón de nuestra existencia, o mejor diríamos la percepción que tenemos de esta existencia, no es otra que la de Dios en su propia experiencia de auto descubrirse.
En repetidas ocasiones, cuando intento explicar el por qué de nuestra relación con el Todo, el por qué se nos dice que somos Dios en acción, parte del mismo, he comentado que el Creador -aún sin tener necesidad de ello, pues lo Es todo- quiso experimentarse en todos sus grados de conciencia y lo hizo a través de sus creaciones, entre otras, nosotros.
Me gusta daros el ejemplo que puede ayudaros a comprender a qué me refiero. Imaginad a una persona que tiene cantidades ilimitadas de dinero, y que esa persona, aun sabiendo que puede vivir eternamente en la más infinita abundancia, decide saber cómo es la experiencia de vivir en todas sus gradaciones inferiores, es decir, saber qué es vivir con 1000€, o con 3000€, o con 10000€ 1000000, etc. Y desde con esas cantidades de partida, la aventura es adquirir todas las cantidades mayores mediante su propio enriquecimiento personal.
Ahora en vez de dinero, imaginad que hablamos de conciencia, de la misma manera Dios se experimenta a través de nosotros desde frecuencias de conciencia inferiores, medias, elevadas… desde todas las gradaciones posibles, y como he dicho, lo hace a través de sus creaciones.
¿Qué consigue con esto? AUTOCONOCIMIENTO y eso permite que, si cabe, adquiera todavía una mayor consciencia de sí mismo.
Esta es una verdad única.
Seas consciente o no, nosotros somos parte del Creador y si vamos poniendo consciencia en nuestra vida podremos descubrir esta verdad en ella.
Somos un punto de conciencia de Dios en su infinita escala de frecuencias vibratorias, cada uno de nosotros, desde nuestro origen, partimos desde una frecuencia vibratoria que es nuestra conciencia y que determina el punto de partida desde el cual, iremos teniendo experiencias de autodescubrimiento hasta poder alcanzar grados más y más elevados que nos unifiquen con la Fuente.
Somos espíritus hechos de Luz Divina, encarnados en la materia e intentando regresar a la Fuente creadora, Dios.
Seas consciente o no, todas tus experiencias de vida han tenido el fin de poder encontrar a Dios. Nuestro punto de partida nos sitúa en ser seres inconscientes e ignorantes, sin embargo ahora, estamos aprendiendo y regresando a la Fuente conscientes y sabios.
El libre albedrío
El regalo más grande que se nos ha dado es el libre albedrío, es decir, la facultad para poder tomar decisiones.
Cuando Dios nos creó lo hizo como parte de Él mismo y no puso condiciones, nos permitió que hiciéramos lo que quisiéramos. Es la naturaleza humana que a través de la sociedad, política, religiones y otras han creado reglas, leyes y mandatos para mantener el orden en la convivencia dentro de la comunidad.
Algunas de estas sociedades o estamentos han ido un poco más allá y han visto en estas leyes la oportunidad de tener el control de los otros y manipularnos.
Aún con todas nuestras creencias, juicios que emitimos, condenas que realizamos, hemos de saber que Dios no nos juzga, porque lo único que desea es auto conocerse.
Si tuviéramos que definir el MAL podríamos decir que es el mal uso del libre albedrío. Es cuando una persona quiere obtener su propósito basados en sus propios intereses sin importante a quién o quiénes atropellan o dañan en su camino. Esto es lo que se llama el abuso del libre albedrío.
Cuando los sabios y maestros nos intentan instruir el propósito es el que comprendamos qué es el libre albedrío y cómo utilizarlo a través del auto conocimiento, de forma sabia y con la finalidad de hacernos libres.
En la actualidad vemos una sociedad falta de conciencia, dormida y ajena a todas estas enseñanzas, ajenas e inconscientes de este proceso evolutivo en el que están inmersos, por que sí, aunque no son conscientes de ello, también tienen el mismo trayecto que recorrer solo que quizás necesiten más tiempo repitiendo o teniendo experiencias que les despierten.
Al estar dormidas no son conscientes de sus dones y de su riqueza espiritual y viven a través de una personalidad y temperamento emocional e instintivo, rindiendo culto a éstos y alejándoles más todavía del propósito que les llevó a esta gran aventura.
El libre albedrío es un gran regalo y, como ese regalo que es, nos permite elegir hacer nuestra voluntad (que como somos esa parte expandida de Dios, es también la voluntad de Dios tomada desde un punto de conciencia descendida).
Como con todo poder, la grandeza es saber hacer un buen uso de él, podemos pasar por encima de los demás para conseguir nuestros propios fines, podemos ser víctimas de nuestras condiciones lamentándonos por las circunstancias que vivimos, podemos culpar a otros por lo que nos pasa o podemos actuar a través de nuestro poder innato espiritual y proveernos de lo necesario sin dañar a otros.
Este es el camino del cambio.
En el reino humano, y coloquialmente hablando, podemos distinguir cinco niveles de conciencia los cuales debemos reconocer y por los que debemos transitar para poder alcanzar el Reino Suprahumano o Ascensión. Estos son:
1. El animal humano o humano instintivo
2. El humano
3. El humano con potencial (poder personal)
4. El humano metafísico
5. El humano espiritual
Como dije antes somos seres de luz, perfectos, simplemente que no lo recordamos.
¿Por qué?...
Niveles Humanos de Conciencia...
Vamos a seguir con la pregunta que dejé al aire... ¿Por qué no recordamos que somos seres de Luz perfectos?
Hay una frase que circula y que dice algo así como que lo importante no es el destino, sino el viaje.
De forma parecida cuando nosotros decidimos a nivel álmico encarnar en una forma humana, no lo hacemos directamente en una forma espiritualmente avanzada o evolucionada y despierta . La razón principal para no hacerlo es porque el aprendizaje que vamos a experimentar y la conciencia que vamos a adquirir no la vamos a encontrar al final del camino, sino durante el proceso, osea, no la encontraremos en los fines sino en los medios.
El animal humano
Este es el primer tránsito del ser que decide evolucionar y crecer en el reino humano, lo hace con apariencia totalmente física, sin embargo, mayormente su conducta es instintiva y conserva su instinto de supervivencia intacto siendo lo predominante en su nivel evolutivo.
El humano
Este nivel es el siguiente y le da al humano la consciencia de que puede tener cosas. Más allá de la supervivencia entra en escena el deseo. Contra más tengo más quiero y contra más tenemos más percibimos que las cosas se deterioran y que debemos adquirir cosas de mejor calidad empezando a creer que cuanto más caro todo es mejor. También entra en acción la comparación y el hecho de desear adquirir cosas o hacer cosas para sentirse a la altura de las circunstancias o de otras personas. En fin, este nivel claramente es el del deseo.
El humano con potencial
La conciencia del ser humano se eleva por encima del deseo en su más densa manifestación. Hemos de tener consciencia de que entre un nivel y otro hay muchos puntos medios por los que transitar.
En este nivel el propósito del ser humano es el de auto descubrirse. Empieza a hacerse preguntas y necesita saber de dónde viene y hacia dónde va. Empieza a tener conciencia de su potencial y desea explotarlo para ser cada día mejor.
En este nivel se potencia la capacidad de hacer elecciones y de discernir. El pensar, el sentir, el permitir que los pensamientos y los sentimientos tengan un lugar relevante y de importancia en nuestra vida, que tengan impacto y que marquen la diferencia. La capacidad de que a través de estos sentimientos y pensamientos reconozcamos conscientemente nuestras creencias, nuestras actitudes frente a la vida y sobre todo, nuestra capacidad para poder cambiarlas y crear nuestra vida.
En este nivel nos damos cuenta de que podemos cambiar nuestra realidad, que tenemos libre albedrío para elegir diferentes opciones y es así, como obtenemos nuestro poder personal.
El ser humano metafísico
Cuando evolucionamos a este nivel, nos convertimos en seres humanos que CREAMOS NUESTRA REALIDAD y a partir de ahí estamos preparados para convertirnos en un ser humano espiritual.
Cuando comprendemos que la vida es algo más que sobrevivir, que es algo más que tener y acumular posesiones y que podemos crear nuestra realidad, nos damos cuenta de que todavía hay algo más, y que ese algo más somos nosotros mismos y nuestro propósito inicial de regresar a la Fuente.
El ser humano espiritual
El ser humano espiritual es consciente de que todo lo que le rodea es la manifestación de Dios y que el Creador le da la oportunidad de conocerse a través de Él.
El ser humano espiritual es una persona próspera y abundante, quizás no tendrán todo el dinero del mundo, pero saben cómo obtenerlo. Es como si apareciera de la nada y, a veces, así es.
Seguramente en su familia habrá otras personas espirituales. Saben amar incondicionalmente y si se les pide ayuda, responderán con coherencia.
Una persona espiritual logra mantenerse en equilibrio entre el aspecto afectivo de su vida y el material.
Ahora que hemos hecho un pequeño viaje por estos niveles de conciencia, la pregunta es…
¿EN QUÉ NIVEL ESTÁS TÚ?
Sin duda no eres un ser humano instintivo porque no estarías leyendo esto, pero haz un acto de reflexión y piensa en qué nivel te encuentras.
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