TU MISIÓN DE VIDA…
Llega un momento en nuestras vidas en el que empezamos a hacernos preguntas y va mostrándose en nosotros un espacio interno que sentimos vacío o como poco, que debe ser complementado con “algo” sin tener muy claro el qué. Necesitamos respuestas. Es en ese momento en el que fijamos nuestra atención en algo cuando se van abriendo los caminos y llega la información o las oportunidades de iniciar eso de lo que no habíamos sido conscientes. Es el Despertar de Conciencia, ese llamado que te incita a buscar un nuevo significado a tu vida.
Yoga, Maestros que muestran diversas doctrinas, informaciones, métodos y teorías -todos ellos diferentes entre sí-. Libros de metafísica, astrología o tarot, reencarnación, regresiones, karma, cirugía psíquica e incluso de ovnis. Interpretación de runas, gemas y piedras, plantas y sus propiedades, sanación por color, por sonido, por irradiación, por magnetismo, por imposición de manos… Historias sobre las estrellas y seres que no eran conocidos hasta el momento para nosotros, cartas solares, cartas de fases lunares, cartas álmicas. Información sobre el aura, los chakras, la meditación y hasta de sexo espiritual…
… Cuanta información con la que saciar nuestra hambre espiritual; lo que está claro que el conocimiento siempre es bienvenido para ir situándonos frente al que será nuestro nuevo horizonte… Cuántas veces me han preguntado sobre cómo averiguar el propósito o misión de vida. Cada uno tiene la suya. A veces, aún confundidos e influenciados por las creencias del mundo de los deseos, pensamos que esa misión es propiamente ejercer una profesión. Si bien podemos realizar nuestro propósito a través de ella, no es en sí nuestro Plan Divino a desarrollar aquí, en el mundo de las apariencias.
Las cosas nunca son como parecen… debemos tener en cuenta que en nuestra encarnación en este plano se entrecruzan dos cosas: las experiencias kármicas que debemos compensar y ese Plan Divino a cumplir. Cada uno de ellos nos aportarán cosas diferentes y podemos distinguirlos perfectamente si ponemos conciencia en observar como se muestran en nuestras vidas. Las experiencias kármicas, se comparten con personas a las que de alguna manera, hemos de compensar y -lo logremos o no- son generalmente conflictivas o de aprendizaje. No suelen fluir en armonía y cuando las superamos nosotros alcanzamos mayor comprensión sobre algo pero a su vez, hemos impactado positivamente en la vida de otra -u otras- personas. Las experiencias a través de las cuales irradiamos nuestra misión de vida, también pueden generarnos malestar ya que, mientras no conseguimos irradiar ese don o cualidad, hemos de aprender a gestionarnos, a conocernos y a “aplicarlo”, pero cuando lo conseguimos, nuestra conciencia queda expandida aportándonos una frecuencia vibratoria que irradiamos a nuestro entorno y ante todo, somos nosotros los que disfrutamos de la gran recompensa de sentirnos en paz, armonía y en el lugar que “nos corresponde”.
Muchas “misiones de vida” se basan en aprender a querernos, a sentirnos merecedores, a saber perdonar, a desarrollar la compasión … Y para eso, la vida nos abre puertas desde las cuales podamos obtener ese escenario para poder aprender eso y después, irradiarlo. Muchos sentís que no estáis ejerciendo aquello que habéis venido a ejercer. Somos Creadores de nuestras vidas y aunque no seamos conscientes de ello, mantenemos una constante comunicación con esa parte tan elevada de nuestro Ser que tiene toda la información y cualidades que llenarían cualquier vacío que sintamos.
He diseñado un taller para aprender a construir nuestro mundo, alineado a nuestra misión o propósito de vida. Realizamos un estudio del alma y además enseño paso a paso el proceso de manifestación, en este mundo de la forma, de todos tus anhelos y deseos. Se requieren cualidades que tienes en esa parte más elevada de ti, y junto con el Curso de Ángeles, podrás recibir las herramientas y conocimientos más eficaces que nunca hubieras imaginado y que te aportarán la fuerza que necesitas. Realizar el Curso de Ángeles conlleva hacer un trabajo de integración de esencias de 56 días.
“Cada uno de nosotros tiene una misión. ¡Llegó el momento de darle cumplimiento!
Y tu… ¿Qué vas a hacer con el tiempo que se te ha dado?” Cristina Escalada ©
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