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1056 elementos encontrados para ""

  • CIERRE

    Espero hayas disfrutado de este taller, ya sabes que cualquier consulta puedes contactar conmigo por mail. Este taller está pensado para acceder a un momento feliz de una vida pasada, recomiendo no utilizarlo a nivel terapéutico sin estar con un profesional que pueda ayudarte a comprender las cosas que veas. ¡Gracias por tu asistencia!

  • Práctica Diaria

    EJERCICIO Ahora es el momento de empezar a poner en orden el Caos de tu mente, para ello te pediré que tengas a manos el "Mapa del Tesoro" que escribiste. Asegúrate de que es lo que deseas conseguir y si te reafirmas, empieza a escribir en tu libreta el desarrollo de cada uno de tus deseos, con todo detalle, como si se lo explicaras a alguien detalladamente para que te comprendiera bien. De momento en este ejercicio solo has de escribir. También tu "Gran Sueño". Cuando lo tengas escrito leélo en voz alta y confirma que lo has detallado tal y como lo deseas recibir. No es necesario que lo hagas todo en un día y del tirón, tómate el tiempo que necesites pero asegúrate de que lo haces con conciencia.

  • CROMÁTICA DEL AURA

    Los colores del aura pertenecen a la esfera de lo invisible y comprenden una gama muy abigarrada de matices. De hecho, además de las micro vibraciones invisibles (infrarrojo, negro, verde negativo, blanco y ultravioleta), hay que hablar de tonalidades muy próximas a las de la esfera de lo visible, como ciertas gradaciones de rojo, amarillo, verde, azul, violeta y anaranjado. El significado de los colores de la emanación áurica permite deducir cuál es el estado de salud de una persona, así como su personalidad y naturaleza. Antes de empezar a conocer el interior de la estructura áurico-cromática, hay que precisar que los colores del aura no son en ningún caso inmutables, puesto que el hombre se ve sometido a un proceso constante de evolución. El aura de un niño, para entendernos, es distinta que la de un adolescente. Del mismo modo, el aura de un adolescente no puede ser igual que la de un adulto. Por otro lado, tanto la intensidad como la tonalidad de la emisión cromática dependen del progreso mental y espiritual del individuo y, por consiguiente, también de su voluntad. Por ejemplo, una persona ignorante difícilmente podrá acometer un desarrollo cualquiera de su aura vital. Por la misma regla de tres, alguien que empiece a emitir señales de desequilibrio padecerá una regresión cromática; es decir, en otras palabras, el color básico de su aura empezará a volverse cada vez más opaco, perdiendo de forma gradual su intensidad inicial. Consideremos ahora las propiedades de los colores fundamentales para nuestro trabajo (rojo, naranja, amarillo, verde, azul, añil, violeta, púrpura y gris), y sus matices. ROJO Es un color cálido, considerado muy importante ya desde la antigüedad: los romanos la asociaban con la energía física y mental, con la sangre entendida como elemento vital y equivalente corporal de la fuerza dinámica psíquica. Un aura que contiene este color es sinónimo de buena salud, y propia del hombre vigoroso-positivo. Muchos militares célebres, con toda probabilidad, estaban circundados de un campo áurico de color rojo intenso. No por azar, este es el color de Marte, dios de la guerra para los romanos. ROJO CLARO El rojo claro revela una estructura áurico-psíquica muy frágil, con una emanación pálida y nebulosa, bordeada por unas franjas de color lila. Indica carencia de energía vital, apatía y carácter melancólico. Quien posee esta aura suele pasar bastante desapercibido. rojo encendido La emanación áurico-vital de este color alude a un tipo fuerte, lleno de energía pero de escasas luces, superficial e interesado únicamente en cultivar su cuerpo. Los contornos del aura son muy claros, con destellos de luz de color azul metálico. ROJO LADRILLO El aura presidida por esta tonalidad cromática, salpicada de carmesí o blanco sucio, caracteriza a una persona que cultiva sentimientos mezquinos, sometida a estallidos repentinos de ira, de naturaleza muy fuerte. Posee un sistema nervioso hábil. ROJO OSCURO La persona en cuya aura predomina este color y tono es ambigua y alimenta secretamente una rabia mal controlada. Su emanación es opaca, con palpitaciones de color rojo, ocasionalmente menos oscuro. ROJO VIOLÁCEO Un aura roja violácea con manchas desiguales de tonalidad roja oscura, casi negra, denota un individuo inestable, con tendencias violentas y gran confusión mental: sin duda alguna, el aura de un asesino en serie se caracteriza por esta tonalidad. ROSA Esta tonalidad tan delicada es característica de una persona sensible y soñadora, poco práctica: indica pasividad de carácter y una cierta propensión enamoradiza y romántica; en ciertos casos, incluye excitabilidad e inmadurez. Esta aura se presenta con frecuencia como evanescente. NARANJA Esta tonalidad cálida es indicio de energía temperada, equilibrio y fuerza de carácter. Quien presenta esta aura está iluminado y destinado a una evolución espiritual prácticamente ilimitada. El aura anaranjada es nítida y luminosa, bordeada por una franja de color blanco refulgente, con esferas de luz azul en su interior. En la India, el naranja goza de gran consideración y se asocia con una espiritualidad avanzada. No por azar, los avatares (encarnaciones de los hindúes) visten ropa de color naranja. NARANJA CLARO Es un color espiritual, indicio de un temperamento de índole más contemplativa que activa; este color presenta, de una forma atenuada, todas las propiedades del naranja puro. NARANJA OSCURO Un aura naranja oscuro con destellos azules y rastros de amarillo caracteriza la perfección espiritual de los auténticos iniciados. Así ocurrió, por ejemplo, con los Reyes Magos del cristianismo, que siguiendo una estrella pudieron llegar hasta el pesebre donde el niño Jesús había venido al mundo: se trataba de sabios de Persia y Caldea, conocedores de todos los saberes y guardianes de la ciencia absoluta, como aceptan las corrientes de hermetismo esotérico. AMARILLO ANARANJADO El aura vital de color amarillo anaranjado con tonalidades rojas, llameante, es característica de artistas y, en general, de personas brillantes y creativas. AMARILLO CLARO Esta tonalidad de amarillo pertenece a individuos positivos, amantes de la verdad y dotados de buenos sentimientos. Incapaces de malicia, suelen verse maltratados por su excesiva disponibilidad hacia el prójimo, hasta el punto de suscitar irritación. Un aura de color amarillo claro no es especialmente luminosa y desprende destellos de luz blanca muy intensos. AMARILLO CROMO Es el color del aura de las personas prácticas, ni positivas ni negativas. La emanación áurica aparece homogénea y brillante. AMARILLO OCRE Este color caracteriza el aura de la persona amante de su hogar y su trabajo, lo cual redunda en una vida anodina, rutinaria, carente de emociones y estímulos. AMARILLO ORO El amarillo oro es el color de los santos y los iluminados, en estrecho contacto con lo divino. La aureola que suele aparecer en las imágenes tradicionales de santos y mártires representa el centro coronal colocado encima de la cabeza o ápice del aura vital, y presenta este color; este centro coronal se describe en el capítulo «El huevo áurico». El halo áurico aparece sumamente luminoso como una explosión de luz y de color, con unos destellos de una luz dorada formando rayos luminosos. AMARILLO OSCURO Es un color de significado negativo, característico del aura de las personas dispersas y de quienes, tras fracasar en la vida, carecen de nuevas expectativas. La emanación de este color es muy débil y apagada. AMARILLO PÁLIDO La persona que presenta un campo áurico de este color sufre, muy probablemente, anemia y en cualquier caso posee una constitución física débil. amarillo primario Es una tonalidad cálida, asociada en otros tiempos con el sol y su energía, fuente de vida. Este color remitía al dios Ra (el sol) en el antiguo Egipto, la divinidad que encarnaba los poderes del disco solar. Un aura con este color es propia de quienes se encuentran en una fase muy avanzada de desarrollo espiritual: su karma —el conjunto de obras realizadas que determina el destino individual, fruto de las vidas acumuladas— es verdaderamente positivo. Aun así, esto no exime a la encarnación actual de superar nuevos retos que fortalezcan aún más su carácter. Se trata de personas al mismo tiempo afables y enérgicas, así como sinceras. Un aura de este color aparece resplandeciente, cálida, luminosa y nítida. AMARILLO ROJIZO OSCURO Esta gradación áurica simboliza lascivia y lujuria. Quien manifiesta un aura de este color está sometido a impulsos sexuales irresistibles. AMARILLO VERDUSCO El aura de esta tonalidad es característica de personas secas, avaras, poco deferentes respecto a quienes las rodean. La emanación áurica asociada con este color tiende a ser estática. VERDE CLARO Un aura de color verde claro significa pureza, dulzura, amor, belleza. Quien posee un aura de este color suele ser una persona de rasgos delicados y etéreos, propensa a la meditación y dotada de una fascinación especial, fruto de una feliz combinación de pureza de espíritu y timidez latente. El campo vital verde claro presenta unos bordes interiores de color blanco intenso, con matices de amarillo oro. verde encendido Es el color de la emotividad. La emanación de esta aura es luminosa, bordeada por dentro de rojo; la presencia de destellos de color rojo intenso indica ingenio, sugestionabilidad y propensión al erotismo. VERDE ESMERALDA Esta tonalidad se asocia desde antiguo con la fertilidad. Venus, la diosa del amor, se representaba con una túnica de color verde. El verde esmeralda es el color del crecimiento y el cambio, por lo que el aura vital verde esmeralda representa a una persona en evolución gradual aunque constante, que desea mejorar. El campo áurico de este color es muy brillante, nítido y sin matices peculiares. VERDE NEGATIVO Es la vibración más corta del espectro invisible, como ya se explicó, y no es fácil de detectar. Piénsese en un remolino de energía contraria que gira por encima del centro coronal, situado en la cúspide de la cabeza, de color gris oscuro-verde. Si la emanación del aura presenta el verde negativo significa que la persona padece cáncer, como consecuencia de su exposición a la «onda de enfermedad» (debida, por ejemplo, a la presencia de una falla geológica o de un curso de agua subterráneo bajo el edificio en el que vive). El aura de color verde negativo aparece fragmentada, discontinua y con iridiscencias tendentes al marrón claro. VERDE OSCURO El aura que presente esta tonalidad fría denota un carácter sombrío y la presencia de alguna enfermedad de cierta entidad, o bien el consumo de drogas o alcohol. Sea como fuere, es indicativa de un organismo enfermo. La emanación áurica de este color aparece opaca y con una luminosidad muy escasa, hasta el punto de resultar casi invisible incluso para investigadores experimentados. AZUL CELESTE El aura vital de este color es característica de personas dotadas de una espiritualidad muy discreta, con gran sentido práctico y una carga vital controlada. Indica una mente analítica y predisposición para los estudios teológicos, aunque desprovista del fuego sagrado que se detecta en la vocación por el sacerdocio. El aura celeste es compacta y carece de luminiscencias peculiares. AZUL CELESTE CLARO Esta tonalidad es características de las personas tranquilas, laboriosas y familiares, sumamente escrupulosas y responsables, aunque también inseguras. El aura se presenta nítida y su cromatismo está bien delineado, con destellos de color azul metálico. AZUL CELESTE PÁLIDO El aura de este color indica ausencia de voluntad o, cuando menos, debilidad en el carácter. Por otro lado, expresa escasa vitalidad y una constitución física frágil. La emanación aparece poco luminosa, hasta el punto de mezclarse en ocasiones con el cuerpo etérico. De hecho, la energía etérica también produce una emanación de este color: tenue aunque cambiante, pudiendo adoptar iridiscencias de un color rojo-amarillento. AZUL COBALTO Esta tonalidad expresa tenacidad psíquica, es decir, fuerza de voluntad y constancia. La persona que presenta un aura de este color posee una personalidad acusada y ejerce una notable ascendencia sobre otros. El campo vital es muy luminoso, salpicado de destellos de color rojo anaranjado. AZUL MARINO Esta tonalidad es fría pero penetrante e indica el trabajo mental. Desde la antigüedad, además, representa el firmamento. El aura azul es propia de personas dotadas de unas capacidades psíquicas notables, fuerza interior, inteligencia y profundidad de pensamiento. La emanación azul está circundada por una corona ovalada de color naranja. AÑIL La persona con un aura de este color es propensa al misticismo, en ocasiones hasta el fanatismo religioso. El campo vital añil es luminoso, con manchas de color azul cobalto. PÚRPURA Es un color considerado, desde la antigüedad, como muy importante y misterioso. El púrpura es el color sapiencial (denota que se ha alcanzado el conocimiento por una vía iniciática) y expresa los poderes sacerdotales. En el antiguo Egipto, los sacerdotes del templo vestían túnicas púrpuras, de acuerdo con la naturaleza sobrenatural y divina de su ministerio. Entre los romanos, este color remitía al dios Júpiter, a quien se consagraba la amatista, una piedra preciosa justo de este color. Aún hoy, la amatista es la piedra engastada en el anillo cardenalicio. El aura de color púrpura denota que su poseedor atesora una espiritualidad profunda y familiaridad con el mundo interior, pero está dotado de unas potencialidades especiales, y es propenso al estudio de las disciplinas herméticas. Es huraño y solitario, tiende a la meditación y a la plegaria, entendida como vehículo de expansión psíquica, en el sentido más amplio del término. Un aura con esta tonalidad cromática resulta muy compacta, con reflejos amarillo oro y trazas difusas de blanco. Aunque no se trata de un color solar, el púrpura indica que en el alma humana arde una llama perpetua y que el corazón del hombre alberga un amor inmenso por lo divino y una atracción por lo absoluto. El púrpura representa el desapego respecto a la vida material. GRIS El gris es un color neutro, símbolo de la materia primordial y la energía primigenia. Si el gris aparece mezclado con otros colores, es señal de que las propiedades áuricas de la tonalidad básica están amenazadas. Si, por ejemplo, detectamos una tonalidad gris en un aura naranja, quiere decir que las cualidades de este color se ven sometidas a un proceso de alteración, o incluso de cancelación. Si, por el contrario, el gris se halla en un campo áurico de por sí poco positivo, las connotaciones negativas del aura se verán acentuadas. Un aura totalmente gris remite a un karma muy pesado y caracteriza a una persona cuya existencia le impondrá sacrificios, sin expectativa de recompensa (como ya se ha dicho, el karma es el conjunto de las obras realizadas que determina el curso del destino individual). La emanación áurica gris aparecerá como una densa niebla, poco brillante. GRIS CLARO Presenta las mismas propiedades negativas que el gris, aunque atenuadas. Así, si se mezcla con otros colores, resulta menos dañino. Si participa en la composición del campo áurico de una persona, es síntoma de un karma pesado, aunque con posibilidades de mejoría en el curso de los años. GRIS OSCURO Tiene las mismas características que el gris puro, aunque con mayor intensidad. NEGRO Corresponde a la ausencia de todos los colores o, mejor dicho, a su absorción total. El negro es falta de luz y de forma, representa la introspección y la oscuridad interior. Un aura negra denota estados de alteración mental, graves malformaciones físicas o enfermedad. También indica degeneración psíquica, debida a unas prácticas ocultistas erróneas. En estos casos, el aura negra se manifiesta como una sombra amenazante que circunda todo el cuerpo, y dibuja en la cúspide de la cabeza figuras negras similares a serpientes. Esta configuración se detecta en casos de posesión (auténtica y, por tanto, esporádica). BLANCO Surge de la combinación —por síntesis sumatoria— del rojo, el verde y el azul (y viceversa, la combinación del magenta, el amarillo y el turquesa origina —por síntesis sustractiva— el negro). El blanco representa la pureza, lo que no debe confundirse con la castidad; significa limpieza interior, altura de ideales espirituales, magnanimidad. El aura de Cristo era blanca, sumamente luminosa y cegadora, cuando se transfiguró en el Monte Tabor y sus ropas se volvieron blancas como el hielo polar. Así pues, el aura blanca pertenece a divinidades encarnadas: a los grandes avatares.

  • APRENDE A MEDITAR

    A lo largo de mi vida he podido darme cuenta y comprobar en primera persona los beneficios y la importancia de la meditación. Es por esto que he decidido aportar mi granito de arena y crear esta pequeña formación que, si bien el éxito se reflejará en vuestras vidas a través de su práctica diaria, os mostrará maneras de practicarla y crear hábito, entrenando la mente, el cuerpo y alcanzando ese equilibrio y armonía que os facilitará la vida. Es importante que nos hagamos conscientes de que esta formación intenta instruiros a través de enseñanzas que he adquirido de grandes Maestros de sabiduría y de libros de los que aprendí en su momento. Insisto de nuevo que todo esto requiere de vuestra puesta en práctica para que se hagan visibles en vosotros/as los resultados y de esa manera avancéis y progreséis en vuestro despertar espiritual. ¿Qué haremos? Voy a describir de forma sencilla el camino que todos podemos realizar para aprender a meditar y que nos llevará a la "iluminación". Es momento de aprender de forma práctica que nosotros mismos podemos alcanzar ese estado. Vamos a hacernos responsables y a asumir el esfuerzo que debemos hacer en cuanto a constancia y disciplina. Para alcanzar la maestría en cualquier aspecto de nuestra vida, se requiere de eso, práctica, práctica y práctica. ¿Yo puedo meditar? Los yoguis orientales adquirieron la iluminación apartándose del mundo, en soledad, aislados y en silencio, es por lo tanto lógico preguntarnos si es posible, en nuestra

  • PRIMERA ETAPA DE LA MEDITACIÓN

    PRIMERA ETAPA DE LA MEDITACIÓN "Como un hombre piensa, así es él" Toda forma -de cualquier tipo- posee un Alma o principio de consciencia. Este Alma es idéntica a la que poseen los seres humanos, idéntica en su naturaleza aunque diferente en su grado de desarrollo (frecuencia vibratoria o grado de conciencia). Esto incluye también a las grandes existencias superhumanas donde el hombre "vive, se mueve y tiene su ser" y cuyo estado de desarrollo aspiramos alcanzar. Cuando queremos alcanzar un estado de conexión, con esas frecuencias elevadas a través de la meditación, es necesario que seamos capaces de percibirnos parte de esas frecuencias, somos un TODO, por lo tanto debemos sentirnos parte de ese TODO para alcanzar ese estado elevado del Ser. Para ello debemos seleccionar con cuidado ese "elemento" sobre el que vamos a meditar, eso significa que debemos escoger ese "objetivo a alcanzar" en nuestra meditación para poder luego identificarnos en unidad con él. Recordar que todo lo que vibra por encima nuestro, contiene nuestra frecuencia vibratoria, por lo que lo único que nos separa de esa vibración es una diferencia en grados, que a modo de escalera, deberemos conquistar hasta poder fusionarnos con esa energía más elevada. Cuando procedamos a la meditación nuestra mente asumirá progresivamente la actitud y estado del Ser del Alma. Nuestro cerebro debe ser subyugado por la mente de la misma manera que la mente por el Alma. De esta manera, nuestro aspecto forma inferior se irá identificando de forma gradual con su aspecto más elevado, el Ser Espiritual y esto se puede lograr con este proceso de entrenamiento. Vamos a ver el proceso a seguir, con el ejemplo de pretender como objetivo identificarnos con nuestra Alma para sentirnos en unidad con ella. ACTITUD A CONSEGUIR EN LA MEDITACIÓN: Meditación sobre la naturaleza de una forma determinada (por ejemplo en este caso nosotros mismos). En este paso intentaremos observar la forma física que le da nuestra mente a nuestro cuerpo físico en el mundo tangible. Meditación sobre la cualidad de esa forma en particular con la que deseamos identificarnos, para poder apreciar su energía (en este caso nosotros). Hemos de tener en cuenta que la cualidad podemos identificarla como un color o un don. Lo importante es poder conectar, fundirnos y sentir esa energía hasta llegar a conocerla en sí misma. Meditación sobre el propósito de ese objeto de meditación (en este caso nosotros mismos). Aquí debemos conectar con la energía que se encuentra detrás de este objeto de meditación o que subyace en él. Es la comprensión del conocimiento del plan o propósito en este caso de nuestra Alma y que es lo que motiva a la forma física a que emprenda la acción en el plano terrenal. Al contactar con este propósito estableceremos un contacto con el TODO ya que el Plan proviene de la voluntad manifestada de la Conciencia más elevada. Cuando llegamos a este paso podremos experimentar una expansión de conciencia que nos llevará a obtener también el conocimiento de nuestro propio propósito. La meditación sobre el Alma (en este caso la nuestra), la fuente que energetiza a la forma para que entre en actividad y que la impulsa a actuar en su Plan Divino. En esta frecuencia podrás sentirte en unidad con el Alma, el grupo, la Súper-alma y desde ese lugar, adquirir el conocimiento y poderes de la misma. Cuando puedas controlar tus órganos físicos de percepción, de manera que no transmitan sus percepciones particulares a tu mente concreta, podrás observar que se producen dos cosas: El cerebro físico se tranquiliza y se aquieta La sustancia mental o cuerpo mental deja de interpretar las percepciones del cerebro y también se aquieta dejando de producir pensamientos transmitidos por esa percepción terrenal.

  • SEGUNDA ETAPA DE LA MEDITACIÓN

    SEGUNDA ETAPA DE LA MEDITACIÓN Podemos observar seis etapas en meditación que proporcionan la clave para el proceso de expansión de conciencia y evolución espiritual. Aspiración Concentración Meditación Contemplación Iluminación Inspiración Es importante aplicar el esfuerzo y disciplina incesante a estas etapas para poder ir avanzando y conquistando una etapa detrás de otra. La primera etapa es la de aspirar a conocer aquello que se escapa a nuestro conocimiento y al conseguir el propósito se termina siendo inspirado por aquello que tratábamos de conocer. La concentración (o enfoque intenso) se convierte en meditación y ésta da lugar a la contemplación. Estas etapas están relacionadas con las actividades del Alma y su conocimiento, y no con las actividades de la mente inferior y del cerebro físico. Siguientes etapas Las primeras etapas dan lugar a sintetizar y transmutar los seis centros (chakras) inferiores en el chakra coronario y desde esta capacidad, centrar y enfocar las energías en el Cuerpo Causal. Esto sucede en cinco etapas más que nos conectarán con las actividades del Alma y el conocimiento que contiene alejando nuestra atención de las reacciones del hombre inferior y del cerebro físico. Estas etapas son: Creencia: Creencia del Alma y su aspecto Crístico Energía: Correcta actividad y empleo de la fuerza que convierte el Plan en realidad Olvido correcto y correcta memoria: Verdadera captación y correcta transferencia de de las memorias del Alma. Meditación: Se medita lo registrado en el cerebro y que emanó del Alma. Correcta Percepción: Conocimiento del Alma y Percepción del Espíritu Seguimos en el siguiente módulo

  • DETALLES A TENER EN CUENTA

    DETALLES A TENER EN CUENTA

  • PRIMER ENTRENAMIENTO

    PRIMER ENTRENAMIENTO

  • ENFOQUE Y VISUALIZACIÓN

    IDENTIFICANDO NUESTROS PENSAMIENTOS El primer objetivo de la meditación está en conquistar esa tendencia que tiene la mente de traer todo tipo de pensamientos, saltando de forma indiscriminada de uno a otro. Debemos conseguir enfocarla en una sola dirección. A medida que vayamos estudiando y practicando las diferentes etapas de la meditación conseguiremos aquietar todos estos pensamientos y dirigir nuestra atención enfocada a lo que deseemos sea el propósito de la meditación. Es importante, y por eso hago un inciso, el detenernos y saber identificar estos pensamientos que acceden a nosotros sin que seamos conscientes de ello y observaremos también su procedencia. PERCEPCIÓN Y CONOCIMIENTO La mente constituye un órgano a través del cual adquirimos conocimiento. Utiliza varios métodos para cumplir su tarea. Estos métodos son los que están relacionados con el cuerpo - forma ya que es la principal percepción que tenemos de nosotros mismos y la que está más arraigada en nuestra experiencia terrenal, es por eso, que para elevar la percepción de nosotros mismos y adquirir ese conocimiento de planos sutiles, debemos utilizar la mente en su frecuencia vibratoria más elevada, es decir, la mente superior. La mente superior es la base del conocimiento y la percepción correcta así como la mente inferior es todo lo contrario ya que es la que se identifica con la forma y todo lo que la rodea, aportándonos información del “sueño”, de la ilusión. Debería ser una meta a conquistar el conseguir acceder al verdadero conocimiento del Alma y controlar las formas mentales en forma de pensamientos turbulentos que se generan en la mente inferior y que responden a identificamos con el mundo terrenal y de los deseos. Poco a poco debemos adoptar la posición de observador y, disociados de ello, ver como se va desvaneciendo esa “película” que se genera en nuestra mente concreta dando paso a nuestra naturaleza más elevada. CORRECTA PERCEPCIÓN Y FALSA PERCEPCIÓN Podemos identificar tres métodos de captación de conocimiento: El Conocimiento que adquirimos a través de los sentidos físicos. Estos sentidos nos ponen en contacto con los elementos que nos rodean destacando cada uno de ellos unas características que percibimos y que guardamos en la mente vinculando a estas características la emoción que han generado en nosotros. El razonamiento que se manifiesta cuando entramos en relación con aquello que no se percibe con los sentidos físicos y que hace que entre en acción a facultad razonadora de la mente. Aquí solemos hacer deducciones y conjeturas sobre temas o situaciones a través de nuestra mente consciente que ponen en evidencia la capacidad de discernir para escoger o desechar. El conocimiento centrado en la conciencia del yo, el cual se vale del correcto empleo de la mente como órgano de percepción, visión y transmisión. Aquí la mente es estable y con la práctica logra ser el mecanismo con facultades de percepción en nuevos campos de conocimiento más elevados, cuando hace contacto con el Alma. De alguna manera podemos ver aquí un pequeño reflejo de la evolución y progreso de la mente. El propósito y meta correctos son cuando el conocimiento, la deducción y las decisiones que tomamos están basados en nuestro estado de Ser y no en la percepción únicamente de la forma y el mundo de los deseos.

  • LA ILUSIÓN DEL SUEÑO

    LOS PENSAMIENTOS “La energía sigue al pensamiento”. Esto es uno de los principios básicos de metafísica. Los pensamientos son imágenes sin existencia real que son construidos por los hombres y que se basan en sus deseos, creencias, percepción de sus sentidos. Estos pensamientos forman la energía de nuestras propias auras y son energetizados por nuestras emociones (basadas en el deseo) o por nuestra voluntad. Cuando dirigimos la atención hacia otras cosas se desvanecen creando otros pensamientos basados en eso en lo que, nuevamente, hemos fijado nuestra atención. Vamos a utilizar el aforismo de “sueño” para intentar definirlo en su totalidad, no sólo en lo que refiere al proceso de descanso del cuerpo físico, sino a la conciencia enfocada hacia “afuera”, a lo externo -el mundo terrenal y de la forma- y todos sus grados. SUEÑO EN TODA SU EXTENSIÓN Cuando una persona está en estado de actividad se relaciona con su mente consciente mediante los sentidos físicos, otras veces la persona mantiene igual esta relación aunque no es consciente de ello. Cuando estamos conscientes podemos modificar el estado de nuestros pensamientos aprendiendo a dirigir y enfocar nuestra mente hacia donde deseemos. Dando un paso más allá de este estado de actividad en el que nuestra percepción está en el exterior (mundo de las apariencias), podemos emplear correctamente la mente para empezar a dirigirla hacia el centro, para progresivamente llevarla en el futuro hacia adentro. Esto se realiza intentando adoptar un estado de aquietamiento en el cual intentaremos poner la “mente en blanco”. El sueño que conocemos como el estado en el que el cuerpo queda en reposo actúa de manera en la que la relación entre la mente y los sentidos físicos queda interrumpida, aletargada, y la mente queda reemplazada durante esta actividad con otras condiciones mentales que reciben información de otros planos donde podemos tener diversas experiencias. Vamos a ver estos tipos de “sueño”: El sueño que conocemos como descanso para el cuerpo físico, donde el cerebro no responde a los sentidos físicos. Los procesos mentales donde el hombre se relaciona con su medio ambiente a través de los sentidos y la mente. El sueño del Alma, que abarca esa parte de la experiencia del hombre desde su primera encarnación hasta que “despierta” al Plan Divino de su propósito y se esfuerza por alienar su naturaleza de la personalidad con la voluntad del Ser esencial espiritual interno. El sueño producido por los estados de mediumnidad donde el cuerpo etérico es proyectado fuera del cuerpo físico y separado del cuerpo astral. Esto es muy peligroso. El sueño del hombre real que sabe retirar científica y conscientemente la atención de su envoltura inferior para actuar en niveles superiores primero y después, reflejar esta actuación de forma activa en su experiencia de vida. El sueño desde el estado espiritual elevado de concentración y enfoque intenso, en el cuerpo esencial o mónada, donde se retira la conciencia externa -no sólo de los planos humano/cuerpos sutiles- sino también del Alma. Este es un trabajo para las personas que han hecho un específico trabajo espiritual y contactan directamente con el plano átmico.

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