ALMAS VIEJAS… ¿lo recuerdas?
Muchos somos almas viejas. Todos nosotros hemos estado ya encarnados en este planeta, muchas otras veces, nuestros Registros Akáshicos son largos, extensos.
Algunos pertenecen a la antigua Lemuria, otros pertenecemos a lo que fue la Atlántida y todos procedemos del mismo origen. Quizás tu que me lees has sido Chamán o un gran sanador con técnicas que te han permitido sanar tu cuerpo y el de los demás, imagino que no lo recuerdas, pero es así.
Ahora estás aquí por libre elección, tienes la capacidad de poder solventar todo eso que en tu mente más terrenal ves como un problema. Te aseguro que tus experiencias pasadas te han servido para adquirir sabiduría y maestría en determinados dones que hoy, puedes utilizar, pero es verdad… no lo recuerdas.
Las situaciones en las que te ves envuelto las has creado tu mismo, para aprender, para perfeccionarte como alma, para compensar antiguos actos en otras vidas que deben ser corregidos.
Todos caminamos de la mano el mismo sendero y con nosotros, seres de alta frecuencia que nos guían y prestan su ayuda, ellos son viejos conocidos para nosotros ya que llevan acompañándonos muchos eones (¿tampoco lo recuerdas?)
Somos almas viejas pero estamos volviendo a despertar, cada uno a su tiempo, a su ritmo. Muchos no sabéis a dónde acudir o en qué creer. Hay vidas en las que rechazamos nuestra espiritualidad y luz para volver a recordar desde cero cómo funcionan las cosas y aquí estamos, pidiendo ayuda para que llegue a nosotros el verdadero conocimiento, la verdadera información. Acceder a ella es reconectarte con esa capacidad innata de canalizar.
No hablo en el concepto comercial en el que ahora se contempla este hecho. Canalizar es conectar paso a paso con todos los “cuerpos” sutiles que vibran en frecuencias más elevadas pero que son parte de ti, prefiero decir que, desde nuestra perspectiva terrenal, nosotros somos parte de ellos. Conectar con nuestra Alma, conectarnos al Universo, acceder a la nueva energía de esta era que nos da información esencial para nuestro despertar de conciencia. Canalizando desde el alma, ese es el perfecto canal, la vía adecuada que nos permitirá conectar con el Todo con toda fiabilidad.
Es un proceso sencillo pero no fácil. Requiere constancia, voluntad, firmeza.
Desde los muros de tu propia percepción vives en una realidad que te has creado, una realidad que limita la verdad de todo lo que es, vivimos en 3D pero eso no es lo absoluto. Cuando se rompen estos muros tridimensionales entramos en un mundo multidimensional donde la realidad cambia y se juega con otras reglas, reglas espirituales, leyes universales. Recuerda que las cosas no son lo que parecen ser, la verdad -tu verdad- es relativa. Siempre la visión desde un plano más elevado dará una percepción diferente y más amplia y te sorprenderás al observar la grandeza de aquello de lo que formas parte.
Dentro de ti existe una conexión de amor con una familia, con un grupo álmico, con un grupo intuitivo y con unos seres de alta frecuencia vibratoria que se encuentran en el núcleo de esa gran familia, ayudándote en el sistema de trabajo que escogiste realizar y que, aunque no comprendas y no entiendas, todavía, eres algo mucho más grande de lo que creías ser.
Esa llamada a la búsqueda de “no se aún qué”, te revelará el verdadero camino, es una búsqueda integrada en tu sistema celular, en tu ADN. No te juzgues, no seas tan crítico contigo, rompe los muros de la dualidad y acepta el papel de ser ese que viniste a ser, avanza en el camino de tu autodescubrimiento personal y encuentra esa conexión con el Todo en tu vida. Puedes sentirlo y cuando lo consigues, esa será tu propia revelación, tu verdad, que te dará fortaleza para superar tus desafíos y circunstancias, tus fobias y enfrentamientos.
Te invito a que hagas una respiración profunda y que digas: ¡COMIENZA EL VIAJE!
Canalizado: Cristina Escalada ©
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